El uso de comida rápida implica una disminución de la inteligencia.

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Científicos australianos realizaron un estudio en el que descubrieron: el uso de comida rápida durante la adolescencia puede estar cargado no solo de obesidad, sino también de una disminución de las capacidades intelectuales.

Se sabe que los fanáticos más entusiastas de la comida rápida son los adolescentes y son ellos quienes reciben el mayor daño a la salud al consumir alimentos ricos en calorías y grasas trans nocivas.

El uso de comida rápida a la edad de 14 años afecta negativamente la salud de los jóvenes después de solo un par de años. Por lo tanto, el consumo activo de refrescos, papas fritas y carne roja provoca degradación mental. Esto se confirma mediante una serie de pruebas: los adolescentes que abusaron de la comida rápida tenían un nivel significativamente menor de habilidades cognitivas, no podían concentrarse y apenas podían adquirir nuevas habilidades.

La razón de esto es el alto contenido de ácidos grasos en la comida rápida. Según los médicos, en la dieta "correcta", la proporción de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 es 1: 1, mientras que en la comida rápida "poco saludable" es 1:25. Los científicos sugieren que tal desequilibrio conduce a anormalidades en la región del cerebro responsables de la capacidad de aprendizaje.

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