El rechazo de lo dulce y graso puede causar "ruptura" y depresión

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Incluso antes de que la obesidad se declare, los alimentos grasos y dulces causan cambios químicos en el cerebro, lo que significa que si un amante de los alimentos grasos o dulces se pone a dieta, se sentirá como un adicto que experimenta "ruptura". Eso dicen investigadores de la Universidad de Montreal.

"Al trabajar con ratones, cuyo cerebro es en gran medida comparable al nuestro, descubrimos que la actividad neuroquímica del cerebro de los animales que se mantenían con una dieta rica en grasas y dulces no era la misma que la de aquellos que comían alimentos saludables", explican los científicos. "Los cambios en la nutrición causan síntomas de abstinencia y una mayor sensibilidad a situaciones estresantes, lo que desencadena un círculo vicioso de hábitos alimenticios poco saludables".

Durante seis semanas, un grupo de ratones fue alimentado con alimentos bajos en grasa y el otro alto en grasas. Los científicos han observado cómo diferentes alimentos afectan el comportamiento animal.

Los ratones que comieron alimentos grasos mostraron signos de ansiedad, en particular, evitando las áreas abiertas. Además, sus cerebros han sufrido cambios. CREB es una molécula que controla los genes involucrados en el funcionamiento de nuestro cerebro y promueve la formación de la memoria. CREB se ha activado mucho más en el cerebro de los ratones que comen alimentos grasos. Estos ratones también tenían niveles más altos de corticosterona, una hormona del estrés, lo que explica su depresión y su ciclo de comportamiento negativo.

Estos resultados son una reflexión sobre cómo apoyar a las personas psicológicamente durante sus buenos esfuerzos para cambiar los malos hábitos alimenticios por unos más saludables.

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